Este viernes, en los programas de las 10´15 y 18´15 horas tendremos la segunda emisión de “De truhanes, siquitraques, barruntafríos y facinerosos”. En esta ocasión, Antonio Gómez nos hablará de la ejecución pública que tuvo lugar en la plaza, en febrero de 1808.
En 2006, el cronista Antonio Gómez Pérez publicó el libro “De Truhanes, Siquitraques, Barruntafríos y Facinerosos”. En sus páginas, recoge 51 causas criminales del Archivo Histórico Municipal de Doña Mencía, acaecidas entre 1686 y 1808. Dado lo curioso de los acontecimientos que en este libro se recopilan, en Onda Mencía Radio vamos a hablar de ellos en una nueva sección quincenal. Será el propio Antonio Gómez quien nos narrará los sucesos ocurridos en nuestro pueblo en aquellos años. Lo hará además, destacando las ilustraciones que acompañan al texto, obra de Carmelo López de Arce Ballesteros.
El audio de cada emisión lo podréis escuchar en la 107.6 FM y también vía podcast, en los canales de Mencía Levanta, tanto de Spotify como de Ivoox. En ambas plataformas, y en redes sociales, adjuntaremos del mismo modo, las ilustraciones que acompañan a las causas recogidas en el libro.
El paseo de un cerdo para volver con su legítimo dueño
El 3 de noviembre de 1767 un cerdo recorrió distintas zonas de Doña Mencía para volver con su legítimo dueño y aclarar así, si había sido robado o no. La idea era dejar libre al cochino por las calles del pueblo, y que el animal eligiera la casa de su auténtico propietario. Fue en torno a la una de la tarde cuando comenzó el recorrido ante los principales afectados, el alguacil mayor y el escribano, que levantó acta de todo lo ocurrido. Al parecer, el cerdo se dirigió al final hasta la casa del presunto ladrón, Joseph León, al que acusaban de haberlo robado. Así se cuenta en el documento encontrado en el archivo: “..y vimos en los corrales de estas al mencionado zerdo… tras lo cual es Joseph de León el que se querella contra Juan Tomás”.
Ejecución en la Plaza del Pradillo
El 21 de febrero de 1808, Francisco Posadas de Mesa fue ahorcado públicamente en la plaza de Doña Mencía, por haber matado alevosamente a su mujer. El reo fue sacado de la capilla donde se hallaba y arrastrado de la cola de un caballo fue conducido con pregonero delante manifestando su delito y lo mandado a el cadalso u horca formada en medio de la Plaza maior del Pradillo en donde por Vizente Pita ejecutor de la sentencia padeció muerte aflixctiva de horca y después fue encubado con los animales como previene la ley y arroxado a las aguas según que así fue mandado por dicho superior tribunal. Así consta en el expediente abierto al efecto que se conserva en el archivo, aunque el sumario completo se envió a la Cancillería de Granada. Nos lo cuenta Antonio Gómez en la segunda emisión de “De Truhanes, Siquitraques, Barruntafríos y Facinerosos”.