Según el análisis de los materiales encontrados en la zona, los pobladores de este espacio hace 7.000 años cultivaron cereales, trigo y cebada, junto a leguminosas como lentejas o habas, pastoreando principalmente ovejas y cabras.
El viernes 23 de noviembre la Biblioteca Municipal fue testigo de la presentación del libro “El enclave Neolítico al aire libre del Castillo de Doña Mencía”. La publicación ha sido coeditada entre la Universidad de Huelva y el Ayuntamiento menciano. La concejala de Cultura, Carmen Romero, explicó que el texto expone los resultados de las excavaciones realizadas junto a la escalera que da acceso a la torre del homenaje del Castillo, intervención que en 2012 ejecutaron los arqueólogos Rafael M. Martínez (del Departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Granada) y Juan Carlos Vera (del Centro de Investigación del Patrominio Histórico de la Universidad de Huelva). Ambos son los autores del libro, el cual se puede adquirir ya en papel, pdf o como libro electrónico.
Rafael Martínez ha comentado en Onda Mencía Radio, que este trabajo recopila los resultados obtenidos tanto del análisis de los materiales encontrados por ellos en 2012, como aquellos recogidos en las campañas llevadas a cabo por otros investigadores en 2009 y 2007. El estudio de los elementos cerámicos encontrados, de los biomateriales, del polen, y las dataciones radiocarbónicas, entre otros, han permitido conocer cómo era la sociedad de agricultores y ganaderos que eligieron esta zona como asentamiento hace 7.000 años. Los arqueólogos han concluido que fue una aldea de agricultores, pastores y cazadores la establecida en lo que sería un cerro amesetado, con un zócalo de piedra. Estos pobladores cultivaron cereales, trigo y cebada, junto a leguminosas como lentejas o habas, pastoreando principalmente ovejas y cabras, en un paisaje vegetal dominado por encinares y acebuchales, del que aprovecharon sus frutos silvestres, y donde cazaron animales salvajes como ciervos, conejos y algunas aves.
Además de los desechos de su alimentación, las excavaciones han permitido recuperar restos de las cerámicas que fabricaban, en muchos casos decoradas con motivos incisos e impresos o coloreadas de almagra. También los útiles de hueso, piedra tallada y pulimentada que utilizaban en las labores cotidianas y artesanales, y los objetos de ornato corporal que lucían, fabricados en ocasiones con materias primas lejanas. “Tenemos muy pocos datos sobre los hábitats del Neolítico antiguo en Andalucía. La mayor parte de la información que tenemos viene de cuevas y este es un yacimiento al aire libre,” destacaba el investigador de la Universidad de Granada.
Sobre la sospecha hecha pública en 2009 tras el posible hallazgo de restos de huesos que apuntaban a prácticas caníbales, Rafael Martínez ha señalado que no han podido confirmar esta premisa.