La pandemia de Covid-19 nos llevó a un confinamiento que empezó con pocos diagnósticos en el municipio, aquel marzo de 2020. Sin embargo, los casos se multiplicaron un año después. Nuestro pueblo alcanzó entonces la tasa de contagio más alta de Andalucía, una de las más elevadas de España.
Confinamiento, aislamiento, distancia de seguridad, cierres perimetrales, PCRs, desescalada. Hace cinco años la pandemia mundial de Covid-19 nos llevaba a pronunciar expresiones como estas a diario. Eso sí, en un principio, en conversaciones presenciales solo con nuestras unidades de convivencia. Con el resto, solo internet y el teléfono nos unían, o en el mejor de los casos, esas salidas a comprar en los establecimientos esenciales o a pasear a las mascotas.

Siguiendo recomendaciones del Gobierno de España y de la Junta de Andalucía, ya el jueves, 12 de marzo de 2020, el alcalde de nuestro pueblo, Salvador Cubero, ofreció una rueda de prensa por la noche para anunciar medidas que evitaran el contacto directo entre mencianos: cierre del parque infantil, del Hogar del Pensionista, de los centros culturales y deportivos, así como atención al público municipal, prioritariamente telefónica o digital.
Un día después, el presidente, Pedro Sánchez, anunciaba el decreto que activaría el Estado de Alarma y confinamiento que comenzó el sábado 14 de marzo, cambiando drásticamente nuestras vidas, durante varios meses.

En nuestro pueblo arrancamos la pandemia con muy pocos casos. Los dos primeros positivos se conocieron a principios de abril. Meses más tarde, en noviembre, un vecino con distintas patologías previas falleció con Covid-19 en Doña Mencía.

Fueron semanas en las que a pesar del encierro, en nuestro pueblo estalló la solidaridad. Jóvenes voluntarios realizaban compras a los más mayores, mujeres tejían mascarillas para los trabajadores esenciales, Protección Civil ayudaba a repartirlas, los agricultores desinfectaban con sus tractores las calles, los comercios organizaban servicios a domicilio y todo el que podía colaboraba, a su manera, con su vecino cercano.
Fueron meses con balcones cargados de aplausos para agradecer a los sanitarios el trabajo que realizaban, a pesar de no disponer de los medios necesarios. Con ventanas llenas de arcoíris dibujados por los más pequeños y cumpleaños infantiles sin fiestas, pero alegrados incluso con las sirenas de la Policía Local.

Doña Mencía se autoconfina
Un año después, en marzo de 2021, la situación se complicaba. Ya en plena desescalada, todo tenía que volver a cerrar. La localidad tenía presencia en todos los informativos nacionales al confirmar una tasa de más de 7.000 casos por cada 100.000 habitantes, fruto de más de 355 positivos en coronavirus.(Por aquel entonces, la incidencia provincial era de 194 casos por cada 100.000 habitantes).

Fue la segunda Semana Santa que nuestro municipio vivía en silencio, cerrado incluso perimetralmente. Días largos en los que el autoconfinamiento de la población, antes incluso de que las autoridades sanitarias lo recomendasen, permitieron que el susto no fuese a mayores.
Muchos contagios se evitaron en Doña Mencía gracias a la transparencia informativa en el seguimiento de casos, que se realizó a nivel local, en tiempo real. La comunicación entre profesionales sanitarios y consistorio era continua. Daban fe de ello los comunicados y bandos del Ayuntamiento. Eran momentos en los que la estadística oficial acumulaba días de retraso.

Educación de adultos y radio
Recordemos, que fueron meses con colegios cerrados y educación forzada a distancia. Cerró también el Centro de Educación de Adultos de la localidad, en el que la idiosincrasia de su alumnado complicaba el uso de las nuevas tecnologías para que la enseñanza pudiera avanzar. Entró aquí en juego la radio. Cada día, a las 12´05 horas, la maestra de la Escuela de Adultos, Juliana Moreno, se comunicaba con sus alumnos a través de la 107.6 FM. Surgió un espacio en el que también el alumnado acabaría exponiendo sus trabajos e incluso conmemorando jornadas destacadas como el Día del Libro.
Para la posteridad ha quedado también el libro “Diario del confinamiento” que recoge redacciones y fotografías de este grupo de estudiantes adultos, durante los meses más duros del confinamiento.
A su vez, en la radio surgieron otros espacios improvisados, con audios de Whatsapp que mencianos y mencianas enviaban a la emisora a diario, dando ánimos, solicitando precaución o simplemente compartiendo con el mundo sus vivencias y emociones.
Destacaron mensajes de cariño destinados a muchos jóvenes que esos días anulaban su viaje de fin de estudios en Secundaria. Familias y docentes hacían malabares cada jornada para mantener la enseñanza online.
Por fin con la vacuna avanzaron las desescaladas, las distancias volvieron a acortarse y llegó la ansiada normalidad. Una nueva normalidad decían, con mascarillas para todos, tomas de temperatura y flechas en el suelo que marcaban el sentido de la marcha para evitar contactos innecesarios.
Todo eso quedó ya atrás. Por eso, hoy, queremos recordar esos mensajes y palabras que resonaban en muchas de nuestras entrevistas en la emisora, durante la primavera de 2020. Esos deseos de crecer como personas, como sociedad. De recuperar abrazos y besos.
Quizás, todavía estamos a tiempo.