Numerosos vecinos de Doña Mencía, y también de localidades cercanas, han pasado hoy por la parroquia para bendecir sus roscas de San Blas. La tradición dice que los panes que han pasado por el agua bendita, protegerán a quienes los coman de los males de garganta.
El final de las restricciones tras la pandemia ha traído, este 2023, un mayor interés por la tradicional bendición de roscas de San Blas. Numerosas personas acudían esta mañana a la iglesia, a las 10´30 horas, a la primera de las bendiciones programadas por la parroquia. Encontramos a esa hora muchas abuelas y abuelos, con cestas y bolsas grandes, cargadas de panes para todos los nietos, decoradas con lazos de colores. Incluso vecinos de municipios cercanos se acercaban hoy a nuestro pueblo para comprar roscas aquí y participar en este rito tan arraigado en Doña Mencía.
En la bendición de las 14´15 horas la escena se repetía, aunque ya con presencia de muchos niños y niñas. Algunos no se podían resistir y daban algún bocadito al pan antes de que pasara D. José Antonio Tejero con el agua bendita, pero es que explicaban, “están muy buenas“.
La de hoy es por lo tanto también, una jornada de mucho trabajo en las panaderías locales, que aunque acumulan encargos desde los días previos, viven con intensidad las compras de roscas de última hora. En la panadería Lorenzo Cantero, Susana Cubero comentaba que ayer se llevaron roscas mencianas para venderlas en Cabra y Baena, y hoy las ventas están centradas en el público local. Desde este establecimiento estiman que pueden vender unas mil roscas en torno a este 3 de febrero. Coinciden además, vecinos y visitantes, en que las roscas de Doña Mencía son deliciosas y diferentes a las de otras localidades, contando con ese toque crujiente y de sabor que les da el ajonjolí. Lo mejor, merendarlas esta tarde con chocolate, aseguraban todas las voces consultadas.
Esta festividad alude a Blas de Sebaste, un médico, obispo de Sebaste, en Armenia, y mártir cristiano. Según la tradición, era conocido por su don de curación milagrosa, que aplicaba tanto a personas como a animales. Al parecer, salvó la vida de un niño que se ahogaba al clavársele en la garganta una espina de pescado. Por ello se le considera patrono de los enfermos de garganta y de los otorrinolaringólogos. Aquí en nuestro pueblo se dice que al comer en San Blas roscas bendecidas, estas nos protegerán de los males de garganta.