Las cocinas solares forman parte de la escuela que Doña Mencía ayudo a construir en Haití. Favorecen la formación de las familias en materia nutricional y reducen el uso de carbón vegetal.
Fideuá, bizcocho y café compusieron el menú elaborado el sábado en la Avenida del Laderón, cocinado exclusivamente con energía solar. Para ello se utilizaron unas cocinas como las que la ONG Cesal ha llevado hasta Palmis Tampé, en Haití, donde tras el terremoto de 2010 se construyó la “Escuela de la Esperanza” gracias a las aportaciones solidarias de Doña Mencía y el colegio El Pilar de Madrid. El coordinador de Educación para el Desarrollo de Cesal, José Crespo, ha explicado que las cocinas solares forman parte de la cantina de la escuela, favoreciendo la formación de las familias en materia nutricional y reduciendo el uso del carbón vegetal como medida de lucha contra la deforestación del país. El encargado de cocinar el sábado fue Manuel Vilches, quien comentó que con apoyo de la Junta de Andalucía, la ONG Cesal está llevando a distintos puntos de la región el proyecto denominado “Haití tierra de esperanza” para difundir la importancia de la sostenibilidad medioambiental en países en vías de desarrollo como Haití, donde la deforestación, la falta de productividad de las tierras de cultivo y el deterioro del medio ambiente son problemas muy graves. “Las cocinas solares evidencian el poder de la transformación de la energía solar“, resaltaba. Estas cocinan tienen forma parabólica y son capaces de focalizar el calor en un recipiente. Además en la Avenida del Laderón se asaron boniatos en un horno capaz de acumular el calor del sol en una cámara interior. Y a su vez, los asistentes dibujaron utilizando la fuerza del astro rey gracias a un pequeño campo fotovoltaico que alimentaba un plato girador con el que se fue dando forma a curiosas pinturas compuestas a partir de circunferencias. Toda una demostración en definitiva, de distintos aprovechamientos de una energía limpia como es la que produce el sol.