Numerosas personas acudieron a la parroquia cargadas de roscas, con sus correspondientes lazos. La tradición dice que quienes las coman, quedarán protegidos de las afecciones de garganta.
Cada 3 de febrero Doña Mencía conmemora el día de San Blas. La efeméride recuerda al médico y obispo de Sebaste (Armenia) que salvó la vida de un niño que se ahogaba al clavársele una espina de pescado. Se lo considera por ello patrono de los enfermos de garganta y de ahí surge la tradición de bendecir roscas para prevenir esas posibles afecciones de garganta. Se dice además que cada rosca debe adornarse con un lazo que posteriormente será colocado en la cama o cuna de la persona a la que proteger.
Es un día en el que las panaderías se esmeran en la elaboración de estos panes, que deben estar listos antes de que comience la liturgia. Este año las bendiciones se llevaron a cabo a las 12´00 y las 14´30 horas, esta última pensada especialmente para recibir a los niños y niñas tras salir del colegio. A las 12´00 sin embargo, las abuelas fueron mayoría en la parroquia, acompañadas de sus mejores cestas o talegas, cargadas de pan para todos los nietos. Manjares que aderezados con chocolate, aceite de oliva o incluso sin condimentos, pasaron a la historia llegada la tarde.
El párroco de Doña Mencía, D. José Antonio Tejero Cárdenas, ha recordado en Onda Mencía que en la iglesia de nuestro pueblo se conserva una reliquia del Santo que los fieles han podido besar también este 3 de febrero. “Recuerdo haber venido siempre. Cuando era pequeña venía antes de entrar a la escuela con la rosca y el chocolate,” explicaba una de las asistentes a la bendición.