Al propietario de un olivar del paraje Las Lomas le han sustraído más de 7.000 kilogramos de aceitunas. También han robado las talegas de mencianos que trabajaban en una finca del término lucentino.
La Policía Local ha confirmado que un vecino de este municipio ha sufrido el robo de entre 7.000 y 8.000 kilogramos de aceituna de su olivar, ubicado en el paraje de Las Lomas, del término municipal de Cabra. Según comunicaba el agente Francisco Lama, el propietario de esta finca manifiesta que han sido unos 200 olivos los apaleados. “Aparte de que roban el fruto, el daño que provocan en el olivo, merma la cosecha del año siguiente“.
Otros vecinos de la localidad han sufrido el robo de sus talegas mientras recogían aceitunas en la finca “Los Naranjos” del término municipal de Lucena. No obstante, el cuerpo de seguridad local resalta que hay más casos de hurtos que han afectados a vecinos de pueblos cercanos. La Policía Local viene observando además, que este tipo de delitos, junto a la sustracción de maquinaria agrícola, se están adelantando en fecha, pues en años anteriores solían ser más frecuentes en los meses de enero y febrero. “Entre la A-318 y la carretera que va hacia Nueva Carteya existe un triángulo que es donde se han producido la mayoría de los robos,” indicaba Lama.
Para evitar este tipo de hechos y facilitar las correspondientes investigaciones, los agentes instan a la población a denunciar y llamar al 062 o al 112, con la mayor premura posible, ante cualquier sospecha de delito. Recuerdan que hay que denunciar para que se conozca la realidad del campo y pueda haber más presencia policial. También aconsejan dejar las talegas dentro de los vehículos e igualmente durante la jornada, ir manteniendo lo más cerca posible de la zona de trabajo coches y maquinaria. Es importante a su vez, guardar el número de referencia de cada máquina para poder identificarla en caso de sustracción.
El problema está en que los ilícitos no terminan con el robo. Para que los ladrones puedan obtener beneficio por el hurto realizado, deben vender las máquinas o las aceitunas sustraídas y procesarlas para obtener aceite. Los agentes sospechan que existen agricultores que compran esa maquinaria o el fruto robado y lo llevan a almazaras a su nombre. Desde la policía recuerdan que si compramos productos robados, propiciamos los hurtos y por lo tanto, también tenemos responsabilidad al respecto. Del mismo modo añaden, sucede con las almazaras que incurren en un delito de receptación.